viernes, 24 de septiembre de 2010

"La Lengua de las mariposas"

La lengua de las mariposas
  • España, 1999
  • Dirección: José Luis Cuerda.
  • Intérpretes: Fernando Fernán Gómez (Don Gregorio), Manuel Lozano (Moncho), Uxía Blanco (Rosa), Gonzalo Martín Uriarte (Ramón), Alexis de los Santos (Andrés), Guillermo Toledo (O'Lis).
  • Guión: Rafael Azcona basado en los cuentos "La lengua de las mariposas", "Un saxo en la niebla" y "Carmiña" del libro ¿Qué me quieres, amor? de Manuel Rivas
  • Producción: Fernando Bovaira, José Luis Cuerda
  • Fotografía: Javier Salmones
  • Música: Alejandro Amenábar
  • Producida por: Sogetel, Las Producciones del Escorpión, Grupo Voz
  • Premios: 1999 Premio Goya al mejor guión adaptadoAnálisis de los encuadres más significativos

La lección

Este encuadre es la culminación de la lucha por el control entre la religión y la ciencia; los conservadores y los liberales; los nacionalistas y los republicanos. El marco cerrado cierra la escena para enfocar en los tres personajes quienes forman un triángulo de la vejez sabia y la juventud ingenua. La religión está representada por el sacerdote, la ciencia por Don Gregorio y la juventud por Moncho. En este momento Moncho está envuelto en el mundo de los mayores donde no participa, sólo observa. Don Gregorio tiene una mano cerrada que muestra protección y poder. El gesto de Don Gregorio es más abierto; mientras el padre tiene las manos enlazadas en un gesto cerrado y autoritario. Además los sombreros que llevan los dos personajes mayores muestran sus diferencias ideológicas. Don Gregorio lleva un sombrero típico gallego, que es diferente que el sombrero blanco que lleva en otras escenas. El sombrero del padre representa su estatus en el pueblo. El sacerdote está mostrando al maestro como Moncho ha perdido sus lecciones de monaguillo. En esta escena es evidente que Moncho está atado a la religión porque se acerca un poco al sacerdote. Al final de la escena el padre dice “nidos tepentes absilunt aves, saltan las aves del calor de los nidos”. Don Gregorio responde, “libertas viorum fortium pectora acuit, la libertad estimula el espíritu de los hombres fuertes”. A lo largo del filme Moncho se encuentra entre las dos ideologías. Este encuadre muestra el resentimiento de la iglesia católica porque la República ha quitado el poder de la Iglesia, suprimiendo el requisito de la educación religiosa.


El descubrimiento

Con la curiosidad y la atención enfocada en la mariposa Iris, Don Gregorio, Moncho y Roque descubren los milagros de la naturaleza y la ciencia en este marco cerrado, lo cual enfatiza la validez de la enseñanza reformada bajo la República. Los dos niños observan fascinados a esta mariposa de cuatro alas, el ángulo contrapicado de la cámara subraya el papel influyente e imprescindible del maestro republicano en el centro del marco. Don Gregorio lleva un sombrero blanco que simboliza la pureza. Lleva el traje nuevo, regalo del padre republicano de Moncho. Es como si esta escena simbolizara el deseo de criar a una generación libre y educada en España bajo la República. Aunque no se puede ver la lengua ni la libertad enrollada de la mariposa, este encuadre acentúa la certeza científica en creer en lo objetivo, en lo verdadero.

La tentación

Simbólicamente, este encuadre de primer plano retrata el conflicto ideológico entre la ciencia y la religión. Los dos protagonistas, el maestro Don Gregorio y Moncho, están situados en el jardín (simbólico de Adán y Eva). Con un ángulo un poco puesto al nivel de Don Gregorio, es como si el espectador viera a Moncho desde la perspectiva del maestro.
A lo largo de la película es como si Moncho estuviera entre dos ideologías, porque mientras su madre y el sacerdote del pueblo creen en la división entre el infierno y el cielo, su padre y Don Gregorio son republicanos ateos. En un momento, después del funeral de la madre de Carmiña, Moncho pregunta a Don Gregorio, “Cuando uno se muere...,¿se muere o no se muere?. Cuando Don Gregorio comparte su secreto de que el infierno no existe, que el infierno verdadero es el odio, es como si la película claramente representara las tendencias anticlericales que temieron los conservadores.

La traición

Este marco abierto de medio plano retrata la traición de la familia de Moncho contra el maestro republicano, Don Gregorio. A la izquierda, se ve a la muchedumbre mirando fijamente a Don Gregorio, mientras los prisioneros liberales están colocados a la derecha, lo cual aumenta la tensión dramática. Es simbólico que el padre de Moncho esté de pie con los conservadores, mientras Don Gregorio, vestido con el traje rayado regalado por el sastre, mantiene sus filiaciones políticas.
Esta escena simboliza la derrota de los ideales de la República. Toda la familia (Moncho, Andrés, Rosa y Ramón) rechaza al maestro con los gritos iniciados por Rosa como “rojo, ateo...” El mismo Moncho repite los insultos con lágrimas, mientras la cabeza inclinada de Don Gregorio representa la desesperación al observar este profundo rechazo. En este encuadre Moncho se ve confundido con su cara inocente mientras la mano de su madre lo guarda por si él fuera hacer algo inapropiado.
El filme termina de forma trágica con Moncho tirando piedras y gritando cosas que tal vez ni siquiera entiende como “ateo, rojo, tilonorrinco, proboscis...”, lo cual simboliza la devastación del sueño ideal de Don Gregorio de criar una generación de jóvenes liberados.

La división familiar

Con el encuadre dividido por la columna de madera en el centro de la cocina se retrata la división ideológica de la familia de Moncho. Los efectos de la luz, la postura alicaída y la cabeza inclinada de Ramón representan la derrota política de la República después del alzamiento militar de Franco. Como contraposición aparece la figura de Rosa iluminada, pidiendo a su marido el carnet republicano. Es una escena que habla de alzamiento militar, de miedo a ser clasificados como republicanos.

Otras escenas:

• A la salida de misa, varios grupos comentan cuestiones políticas sobre qué piensan de la República.

• Escenas en la taberna que dan pie al comentario y a la discusión política. Podemos escuchar en directo las noticias de la radio que dan cuenta de los acontecimientos decisivos de aquellos días.

• Don Gregorio al jubilarse pronuncia un discurso a favor de la libertad. En esta reunión se pone de manifiesto la intransigencia del poder, representado por Don Avelino que abandona la sala. También se destacan las reacciones negativas del cura y de la guardia civil.

• La fiesta de Carnaval es muy representativa de la libertad y el laicismo de la

República, como prototipo de fiesta popular libre y desinhibida que después prohibiría el franquismo.

• En la fiesta de aniversario de la República, la gente se manifiesta y se divierte en libertad, se canta el himno de Riego proclamado himno y marcha oficial de la II República española, con letra de Antonio Machado y música de Oscar Plá: “Si los curas y frailes supieran/ la paliza que van a llevar/ subirían al coro cantando/ libertad, libertad, libertad”. También se refleja la tensión en el ambiente, representada por la pareja de la guardia civil que acecha agoreramente el encuentro.

• A medida que se va acercando la fecha fatal, las escenas se centran más en los acontecimientos políticos. Las breves y rápidas referencias del relato, presentadas a un ritmo veloz, se hacen más explícitas y detenidas en la película: nos muestran el “paseo” nocturno de un vecino a manos de los falangistas, la reacción vergonzosa de algunos republicanos cuando se les pide ayuda para salvar la República (entre ellos al padre de Moncho) y la situación política de Galicia en esos días”: rápidamente es tomada por las fuerzas golpistas, sin que haya ninguna resistencia.

• Una tarde parda y fría...

“Un momento Romualdo, ¿qué es lo que vas a leer?

“Una poesía señor”.

“¿Y cómo se titula?”

“Recuerdo infantil. Su autor es don Antonio Machado”

“Muy bien, Romualdo, adelante. Despacito y en voz alta. Repara en la
puntuación.”

El llamado Romualdo, a quien yo conocía de acarrear sacos de piñas como niño

que era de Altamira, carraspeó como un viejo fumador de picadura y leyó con

una voz increíble y espléndida, que parecía salida de la radio de Manolo Suárez,

el indiano de Montevideo.

Una tarde parda y fría

De invierno. Los colegiales

Estudian. Monotonía

De lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel

Se representa a Caín

Fugitivo, y muerto Abel,

Junto a una mancha carmín...

“Muy bien. ¿Qué significa monotonía de lluvia, Romualdo? Preguntó el maestro.

“Que llueve después de llover, don Gregorio”



A mí me gusta ese maestro.
Secuencia fílmica de la película: La lengua de las mariposas

Interior – noche

En casa, la madre está preparando la cena mientras Moncho está haciendo los deberes en la mesa de la cocina. Llega el hermano mayor...

El hermano mayor: ¡Hola!

La madre: Hola, hijo.

Moncho: ¡Don Gregorio no pega!

El hermano: ¿De verdad?

Moncho: De verdad. Y le ha devuelto unos capones a un señor que manda mucho porque es muy rico.

La madre: (pelando patatas) ¿Y tú cómo lo sabes?

Moncho: Lo ha dicho su hijo, uno que le dicen José María, dice que su padre manda más que el alcalde.

La madre: ¿Y qué capones son ésos?

Moncho: Unos que quería darle al maestro para que su hijo aprenda las cuentas. Pero el hijo no quiere estudiar. Dice que, de mayor, va a ser señorito en La Coruña.

(El hermano mayor está desgranando dificultosamente las primeras notas del pasodoble «Francisco alegre»)

Moncho: (Dirigiéndose a su hermano) ¿A que no sabes de dónde vienen las patatas?

El hermano: ¡Del huerto! ¿De dónde van a venir?

Moncho: Vienen de América.

La madre: ¡No digas tonterías!

Moncho: ¡Que sí! Que nos lo ha explicado don Gregorio: o sea que antes de que Colón fuera a América en España no había patatas.

La madre: ¿Y qué comía la gente?

Moncho: Castañas... Y tampoco había maíz.

La madre: Se ve que ese maestro es muy bueno.

Moncho: A mí me gusta.

La madre: ¿Habéis rezado?

Moncho: ¿Dónde?

La madre: ¡En la escuela!

Moncho: Eh sí, una cosa de Caín y Abel.

La madre: (dirigiéndose al hermano mayor) Eso para que te cierre las habladurías. Ya me extrañaba a mí que don Gregorio fuera un ateo.

Moncho: ¿Qué es un ateo?

La madre: El que no cree en Dios.

Moncho: ¿Papá es ateo?

La madre: ¿Cómo se te ocurre preguntar semejante cosa?

Moncho: Papá se caga en Dios... (El hermano mayor empieza a reírse por lo bajo pero la mirada de reproche de la madre le hace reprimir su risa)

La madre: Bueno... eso es... eso es un pecado. Pero papá cree que Dios existe como toda persona de bien.

Moncho: ¿Y el demonio?

La madre: ¿Y el demonio qué?

Moncho: Si existe...

La madre: Pues claro que existe. Era un ángel pero se hizo malo, se rebeló contra Dios. Camino del infierno se iba poniendo pálido, por eso lo llaman el ángel de la muerte.

Moncho: ¿Y si era tan malo, por qué no lo mató Dios?

La madre: ¡Dios no mata, Moncho!



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